Kim Kardashian revela cómo la bipolaridad de Ye afectó su matrimonio

Entre confesiones íntimas y anécdotas reveladoras, la estrella de Keeping Up with the Kardashians dejó claro que la crianza de sus cuatro hijos bajo el mismo techo que Kanye West —ahora conocido legalmente como Ye— estuvo lejos de ser convencional.

"No es fácil. Yo crío a los niños todo el tiempo, viven conmigo, y siempre impulso que tengan una relación sana con su papá", admitió Kim al ser cuestionada sobre la dinámica familiar. Sin embargo, lo que siguió fue un relato crudo sobre cómo los episodios bipolares del rapero transformaban su realidad en cuestión de horas.

La empresaria describió escenas surrealistas: colecciones de autos de lujo que aparecían y desaparecían sin explicación. "Volvía a casa y teníamos como cinco Lamborghinis, y de repente, un día llegaba y ya no había ninguno… se los había regalado a todos sus amigos", reveló. Estos ciclos de excesos y pérdidas no eran solo caprichos, sino síntomas de una condición que terminó por redefinir los límites de su relación.

• Patrones repetitivos: Adquisiciones compulsivas seguidas de donaciones impulsivas.
• Impacto emocional: La necesidad de proteger a sus hijos mientras navegaba la impredecibilidad de Ye.
• Consecuencias financieras: Pérdidas millonarias que iban más allá de lo material.

Lo más revelador fue cómo Kim conectó estos episodios con la decisión final de divorciarse. No se trataba solo de los autos, las propiedades o los cheques sin fondo, sino de la incapacidad para construir estabilidad en un entorno donde los extremos eran la norma. La entrevista dejó al descubierto las grietas de una relación que, pese al amor y los esfuerzos, sucumbió ante la falta de equilibrio.

Mientras los seguidores especulaban sobre las razones del divorcio, Kim ofreció por primera vez una explicación sin editar: la salud mental como factor determinante. Sin victimizarse ni buscar culpables, su testimonio pintó un retrato honesto de lo que significa amar —y dejar de amar— a alguien que lucha contra sus propios demonios.

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