NUEVA YORK
La ciudad de Nueva York y buena parte del noreste de Estados Unidos quedaron ayer envueltos bajo una fuerte tormenta de nieve que azotó una región que aún lucha por recuperarse de la devastadora súper tormenta Sandy, que según las últimas estimaciones causó daños por 50 mil millones de dólares.
La tormenta de ayer —que se anticipó al inicio del invierno boreal— descargó más de 30 centímetros de nieve en zonas de Connecticut y provocaba vientos de hasta 80 kilómetros por hora, lo que causó que alrededor de 30 mil viviendas y negocios quedaran a oscuras.
En Nueva Jersey, las empresas eléctricas reportaron 400 mil apagones el jueves por la madrugada. Cerca de 20 mil se presentaban en viviendas que no habían perdido el suministro de electricidad por Sandy. En Nueva York y en Westchester, más de 70 mil consumidores estaban sin electricidad, incluidos 55 mil por la nueva tormenta.
La ola de frío hundió más en la miseria a las víctimas de Sandy, que provocó graves inundaciones y cuyos efectos aún se resienten, al grado que por ejemplo, en Nueva York y Long Island se estableció un plan de racionamiento de gasolina de acuerdo con el número o letra de la placa del vehículo a partir del viernes, a fin de garantizar el abastecimiento.
Así, los vehículos con placa que termine en número impar podrán llenar sus tanques los días impares, y viceversa para las que finalicen en número par o cero.
El plan se mantendrá mientras es rehabilitada la infraestructura afectada por el huracán Sandy.
El gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo que según nuevos estimados, los daños y pérdidas económicas de la región por Sabdy ascienden a 50 mil millones de dólares, 33 mil mdd de ellos en su estado.
El diario The New York Post describió así la situación en Nueva York con la tormenta: “¡Dios nos odia!”.