México, DF
La frase “una imagen vale más que mil palabras” es una cita memorable. Se trata de expresar una idea mayor con apenas una imagen. Pero en el mundo de las redes sociales, todos parecemos omitir este concepto básico.
Los niños y adolescentes suelen subir cientos o miles de fotografías suyas a Internet. De hecho, unas 350,000 imágenes son subidas a Facebook cada día y el número total de fotos en sus servidores ya supera los 240,000 millones.
Hasta no hace tanto, una imagen de tu hijo o hija subida a una red social difícilmente terminara siendo utilizada con intenciones non sanctas. Pero los tiempos han cambiado.
Sitios de redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram y Tumblr han cambiado las reglas del juego del pornógrafo, aquel que publica material obsceno. Estos sitios ahora ofrecen poderosas herramientas para que los pedófilos intercambien imágenes de pornografía infantil o para que lo pervertidos alimenten su vida sexual en Internet.
Ejemplos enfermizos
Empecemos con una aplicación diseñada para que los usuarios de Facebook puedan encontrar más fácilmente imágenes inapropiadas. Badabing es una aplicación para iPhone que identifica la forma de un biquini en las fotografías de hasta cinco amigos a la vez. Luego recopila las imágenes en una lista que puede ser guardada o compartida.
Cualquier persona puede usar esta aplicación, incluso hombres que buscan imágenes de niñas menores. Pero la imagen es tan solo el principio: un pornógrafo infantil no se detiene con una imagen. De hecho, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos sostiene que “es común que los productores de pornografía infantil preparen a sus víctimas o cultiven una relación con el niño para luego dotar de rasgos sexuales el contacto”.
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En esencia, el objetivo es desarrollar una relación virtual. El fin del depredador sexual es acercarse a la persona, prepararla, victimizarla y capturar el ataque en cámara. Los depredadores pueden ser muy persuasivos.
Otro ejemplo: los depredadores sexuales han capitalizado el encanto de los sitios de videochat. Muchas veces, estas personas toman capturas de pantalla luego de inducir a un niño o joven a hacer algo inapropiado en cámara.
Un último ejemplo: dos sitios pornográficos ahora aprovechan las ventajas de la tecnología de reconocimiento facial. Esta novedad puede motivar a los consumidores pornográficos a subir fotos de personas conocidas para encontrarlas, o a sus parecidos, en Internet.
Pornografía infantil
Debemos aclarar algo: la pornografía es esencialmente legal. Pero la pornografía infantil, que incluye imágenes sexuales o ataques en menores de 18 años, no lo es.
Los pornógrafos infantiles se destacan por encontrar y acumular imágenes, a veces en cifras que alcanzan los cientos de miles. Suelen intercambiar imágenes y videos entre ellos y encontrarse en las mismas redes sociales.
¿Qué hacer?
Como padres, debemos estar atentos al contenido que suben nuestros hijos a las redes sociales, pues puede ser copiado y guardado por cualquiera. Los pornógrafos infantiles están en Facebook y otros sitios a toda hora.
Un desafío asociado a la tendencia de subir imágenes en todo momento es que estas permanecerán online por años y años.
Los niños no suelen pensar a largo plazo. Comparten fotografías e información sin preocupación alguna. Nuevas redes sociales emergen todo el tiempo, incluyendo varias con imágenes como su materia prima, como Instagram, Flickr o Voto. Otras ofrecen videos como su contenido estrella, como Vine o YouTube.