WASHINGTON
Senadores demócratas y republicanos del Comité Judicial aprobaron ayer el proyecto de reforma migratoria, con lo que pasará al pleno de la Cámara Alta. De prosperar, la iniciativa permitirá la legalización y concederá una vía a la ciudadanía a 11 millones de indocumentados en Estados Unidos.
Tras una votación de 13 a 5, el comité despejó los últimos obstáculos para iniciar el debate y votación del proyecto a comienzos de junio.
El acuerdo se alcanzó tras una intensa jornada, en la que el presidente del Comité Judicial, el demócrata por Vermont Patrick Leahy, decidió retirar su enmienda para evitar la discriminación de parejas del mismo sexo a patrocinar el permiso de residencia a sus compañeros (as).
La feroz resistencia del Partido Republicano a esta enmienda obligó a Leahy a retirar “con gran pesar” una norma que habría puesto en gran riesgo la votación de la iniciativa de ley ante el pleno del Senado.
Nada más enterarse del voto a favor de someter al pleno del Senado la iniciativa de ley, el presidente Barack Obama felicitó a demócratas y republicanos por el avance de las negociaciones y se manifestó esperanzado en que este proyecto “recabe el apoyo bipartidista” para perfeccionarlo.
En el debate de ayer se alcanzó un principio de acuerdo para ampliar la cuota de visas para trabajadores altamente especializados. Según la enmienda pactada por el senador republicano Orrin Hatch y el demócrata Charles Schumer, la actual cuota de visas para trabajadores altamente especializados (H1B) pasaría de 65 mil a 110 mil.
Este principio de acuerdo ha sido largamente esperado por las empresas de Sillicon Valley y goza de la oposición de los sindicatos.
En la quinta jornada para la introducción y votación de las más de 300 enmiendas, los 18 senadores que forman parte del Comité Judicial debatieron también una enmienda para obligar a los indocumentados a pagar impuestos atrasados. La propuesta, del senador republicano Mike Lee, fue rechazada pero el asunto volverá a debatirse con posterioridad.
Mientras discurría el debate, Obama recibió en la Casa Blanca a un grupo de dreamers o jóvenes hijos de indocumentados que aspiran a la ciudadanía, quienes pidieron al presidente no claudicar ante los embates de la derecha conservadora que se ha propuesto derrotar la más importante oportunidad para sacar adelante una reforma migratoria que se ha presentando desde el 2007.
“Le agradecemos al presidente Obama y al vicepresidente Biden que hayan escuchado a nuestros jóvenes. Nuestra esperanza es que, después de escucharlos, en sus sueños y en su lucha, el presidente redoble su esfuerzo y su energía para sacar adelante la reforma migratoria”, dijo Angélica Salas, de la Coalición en Defensa de los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA) de Los Ángeles.
“Teniendo en cuenta que los días que vienen el desafío será mayor en la Cámara de Representantes, confiamos en que el presidente hará uso de su poder de convocatoria para hacer avanzar esta reforma”, añadió Salas, quien formó parte del grupo que acudió ayer a la Casa Blanca.