La enfermera Moni y el último bebé bajo su cuidado en hospital

La enfermera Mónica Orta cuidaba a un bebé de mes y medio con neumonía el pasado jueves

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México, DF.

La enfermera Mónica Orta cuidaba a un bebé de mes y medio con neumonía el pasado jueves.
Cuando a las 7:15 de la mañana un brigadista avisó a todos en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa que debían salir del edificio por una fuga de gas, Mónica Orta lo ignoró y se quedó con su pequeño paciente de mes y medio. Minutos después una explosión los enterró entre escombros.
La enfermera Mónica Orta había pasado toda la noche de guardia cuidando a un bebé de mes y medio con neumonía.
No era raro que Mónica atendiera a bebés que llegaban muy graves, a pesar de que trabajar con un recién nacido en estas condiciones es muy pesado.”Era una persona solidaria y muy alegre”, dice Ivonne Lugo, una de sus compañeras.
La mañana de la explosión, Ivonne o ‘Vony’, como le dicen las otras enfermeras, estuvo con Moni en el área de observación de urgencias para ayudarla a atender al bebé que había llegado un día antes grave y con diagnóstico de neumonía.
Yo estaba en (el área de) neonato, pero salí a apoyarla un rato, como de las tres de la mañana a las cinco y media, porque el bebé que tenía a su cargo estaba muy delicado en este momento”, dice Vony.
Vony fue una de las últimas personas que habló con Mónica antes de la explosión. A las 5:30 exactamente le dije: ‘te dejo Mony, ya me voy a apurar porque ya casi le toca la toma de alimentos a los bebés. Me dijo: ‘sí, gracias, Vony”.
Como siempre, Moni se despidió sonriente y regresó a sus labores. Su sonrisa y el sentido de responsabilidad, la caracterizaban. Era de las enfermeras que si terminaba su trabajo y tenía la oportunidad de ayudar a otras, lo hacía. Era una persona solidaria”.
Había sido una noche muy pesada para las enfermeras de la guardia. En el área de Neonato, donde estaba Ivonne, había tres enfermeras atendiendo a ocho recién nacidos.
Recuerda los comentarios de las enfermeras en esa mañana. Ya siquiera se está terminando la guardia”, ya tenemos hambre”. Moni también estaba cansada, por el bebé tan grave que tenía y nosotros teníamos ocho bebés, uno intubado, y algunos otros muy delicados”.
Antes de terminar la guardia, las enfermeras platicaban lo que había ocurrido a lo largo del día. Mónica Orta hablaba de su familia.
Seguido nos enseñaba en fotos a sus tres hijos, un bebé de año y medio, y sus dos hijos de 8 y de 7 años”, dice.
Moni vivía en Tlalnepantla, Estado de México, y hacía casi dos horas de camino al Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa. Decía que venía de lejos, pero que no importaba mientras tuviera trabajo para sacar adelante a sus hijos”.
Era cansado para ella simplemente por el traslado, y peor en tiempo de lluvia. Como entrábamos en la noche, muchas veces decía que iba retrasada, que no podía avanzar por el tráfico, y le comentábamos que se viniera con calma”, dice.
El día de la explosión, había al menos diez enfermeras, 20 bebés, 2 mujeres embarazadas, y 18 mamás en el Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa.
En el área de hospitalización estaba Alejandra, Juanita Zacarías, Reyna, que era pasante, y Ana Lilia Gutiérrez; en quirófano, Guadalupe García y Susana Quebrado; en neonato, Aracely Reyes, Guadalupe Castañeda y Ivonne Lugo, y Mónica Orta, que atendía al bebé en el área de observación de urgencias.
Cuando el brigadista avisó que salieran del hospital, las tres enfermeras del área de Neonato sintieron el fuerte olor a gas.

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