‘El olor a quemado sigue, Nochixtlán está de luto’

Cd. de México.
La Policía Federal no intentó dialogar con los maestros para retirar el bloqueo que mantenían en Nochixtlán, Oaxaca, primero lanzó gas lacrimógeno y después se escucharon los disparos, contó Marta Martínez Montes, testigo del enfrentamiento en el que murieron ocho personas y más de 50 resultaron heridas.
Marta Martínez contó que a las siete de la mañana del pasado domingo, maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) bloquearon la Autopista México-Oaxaca a la altura de Nochixtlán, un municipio que se ubica a 40 minutos de la capital oaxaqueña, cuando vieron que camiones con elementos de la Policía Federal llegaron al tramo carretero, se bajaron, caminaron unos cuantos metros y después lanzaron gas lacrimógeno.
“Se reunieron (policías federales) en lo que es la curva para llegar a Nochixtlán, ahí empezaron a reunirse y conforme se iban integrando más, nosotros (maestros) esperábamos en la barricada. Ellos (Policía Federal) al llegar como dos o tres tráilers adelante de nosotros nos empezaron a aventar gases”, dijo en entrevista.
Tras el enfrentamiento, el comisionado de la Policía Federal, Enrique Galindo, explicó que durante el desalojo de la autopista hubo dos momentos: el primero, en que liberaron la vía sin problema y a través del diálogo y otro alrededor de las 10:30 horas en el que personas aparentemente afines a la CNTE e infiltrados se agruparon y lanzaron cohetones, bombas molotov y disparos.
Sin embargo, Marta Martínez, quien trabaja como secretaria administrativa en Nochixtlán, narró que en el bloqueo solo participaban maestros y que fue hasta que iniciaron las detonaciones cuando pobladores, padres de familia y jóvenes del municipio llegaron al lugar para auxiliarlos.
“En el transcurso de que se fue dando el ataque empezaron a llegar los pobladores, empezaron a llegar los papás, quienes nos han apoyada en nuestras marchas, empezó a llegar gente de Nochixtlán, se empezaron a unir los chavos diciendo ‘¿qué necesitan?’, ‘¿están bien?’, ‘nosotros les vamos a ayudar’”, dijo.
Los primeros heridos, de acuerdo con la docente, aparecieron desde que se escucharon los primeros disparos, pero Marta Martínez no pudo identificar quiénes lanzaban las detonaciones.
“Entre los gases nos aventaban los balazos y conforme explotaban esas cosas, se oían los balazos, se oían los disparos. Como para despistarnos, como para que nosotros no identificáramos quién había disparado o de dónde venía ese disparo”, contó.
- Entonces ¿tú viste que los policías dispararan?
- No, pero mis compañeros no tienen armas
Tras el episodio del gas lacrimógeno, los primeros balazos y heridos, un grupo de más de 100 policías intentó cerrar el paso a los maestros y pobladores de Nochixtlán, por lo que además de replegarlos hacia el centro del municipio por el paso carretero, otro grupo buscó ingresar a la localidad a través de un acceso por donde se ubica el hospital comunitario. El hospital cerró sus puertas y los doctores se negaron a atender a los heridos.
“Nos trataban de encapsular. Los policías dieron vuelta por atrás, frente al panteón de Nochixtlán, dieron vuelta y entraron por un costado del hospital. Ahí nos empiezan a aventar gases y como caían muy cerca del hospital, pues cerraron sus puertas, no querían atender a los heridos por los mismo de la situación”, detalló.
El enfrentamiento se extendió hasta las 14 horas cuando los maestros retuvieron a un policía y la Secretaría de Salud de Oaxaca reportó la muerte de tres personas y más de 45 lesionados.
Más tarde, el gobernador de Oaxaca, Gabino Cué, dio una conferencia de prensa en la que confirmó la muerte de tres personas más, 108 lesionados (53 civiles, 55 policías) y 21 detenidos, también dijo que en los hechos prevaleció el diálogo y que los policías no iban armados.
Esa noche, maestros y pobladores se reunieron en el centro de Nochixtlán, a un costado de la parroquia a esperar “que los ánimos bajaran, se restableciera la señal del celular y que se fuera el olor a quemado”.
Un día después, la versión cambió: ya no era seis muertos, eran ocho, los policías cambiaron de estrategia ante “un cambio de escenario” y reiteraron que quienes empezaron los disparos fueron infiltrados, así como integrantes de asociaciones afines al movimiento magisterial.
Marta Martínez dijo que los bloqueos se intensificaron tras la detención del líder magisterial Rubén Núñez, pero precisó que pese al enfrentamiento en Nochixtlán sus protestas no disminuirán.
“El olor a quemado sigue, Nochixtlán está de luto, pero esto (protestas) sigue”, dijo.