El Diario de SonoraRoma
El máximo jefe de la Cosa Nostra, la mafia siciliana, Salvatore ‘Totó’ Riina, fallecido por causas naturales el pasado 17 de noviembre, fue sepultado hoy en un funeral exprés el cementerio de Corleone, Sicilia, donde nació hace 87 años.
Tras una rápida bendición hecha por el único sacerdote autorizado (luego de que fuera prohibida una ceremonia pública) concluyó el entierro en el que estuvieron presentes la viuda, Ninetta Bagarella, vestida de luto riguroso, y de tres de sus cuatro hijos: Lucia, Maria Concetta y Giuseppe Salvatore.
El primogénito, Giovanni no pudo asistir debido a que cumple una condena de cadena perpetua.
La arquidiócesis de Monreale, a la que pertenece Corleone, había vetado el rito religioso y solamente autorizó la bendición del sacerdote, pues dijo que la excomunión de los mafiosos -decretada en 1993 por el Papa Juan Pablo II- lo impedía.
El féretro con los restos del capo di tutti i capi (‘jefe de todos los jefes’) desembarcó la mañana de este mismo miércoles de un ferry procedente de Nápoles, a donde a su vez llegó desde Parma, donde falleció luego de una larga enfermedad y mientras cumplía 26 condenas a cadena perpetua.
Tras la sepultura, los parientes, rodeados por agentes de la policía y los carabineros, se retiraron en un auto sin hacer ninguna declaración a decenas de periodistas presentes.
Riina fue sepultado en la tumba de familia y a pocos metros de donde se encuentra la de Bernardo Provenzano, fallecido en 2016 y quien lo sustituyó como capo de la Cosa Nostra tras su arresto en 1993.
En el mismo cementerio se encuentran los restos de Luciano Liggio, considerado el ‘maestro criminal’ de Riina, pero también algunas de las víctimas de la mafia, como el sindicalista Placido Rizzotto, o los hermanos Giuseppe y Giovanna Giammona, además del marido de ella, Francesco Saporito.
Acusado de haber ordenado el asesinato de cientos de personas, incluidas más de 40 que él mismo estranguló con sus propias manos, Riina es considerado el autor intelectual de la estrategia violenta lanzada por la Cosa Nostra contra el Estado italiano a inicios de los años 1990.
La organización criminal reaccionó entonces al llamado maxiproceso, en el que cientos de mafiosos fueron condenados, con una ola de atentados y los asesinatos de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, además de la esposa del primero, la magistrada Francsca Morvillo, y sus respectivas escoltas.
Conocido como ‘La Bestia’ debido a su ferocidad, Riina igualmente ordenó el asesinato del general Carlo Alberto Dalla Chiesa, que en los años ochenta llegó a Sicilia con la tarea de combatir a la mafia, además de los homicidios de periodistas, políticos o simples ciudadanos que se oponían a la Cosa Nostra.
Interceptado durante su permanencia en la cárcel, el capo nunca dio muestras de arrepentimiento y más bien se vanagloriaba de sus hazañas.
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