San Diego, California.
Un sujeto, quien había sido acusado de adquirir armas de fuego ilegalmente al involucrarse en el operativo clandestino del gobierno federal estadounidense conocido como “Rápido y Furioso”, fue sentenciado a 55 meses de cárcel por un tribunal federal del distrito de San Diego esta semana. El caso fue transferido al tribunal federal de San Diego después que el fiscal federal del distrito de Arizona se recusó del caso por los vínculos personales, los cuales existían entre personal del equipo del fiscal federal del distrito de Arizona y el equipo arizonense de la agencia federal de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego, y Explosivos (conocidos por sus siglas en inglés como ATF), el cual gestionó el operativo “Rápido y Furioso.
Se trata de Danny Cruz Morones, de 24 años de edad y residente de Phoenix, quien originalmente había sido detenido y procesado con cargos de adquirir armas fraudulentamente, contrabandear mercancía fuera del país, y vender armas de fuego sin licencia, pues en mayo Morones se declaró culpable de los cargos. Además de la adquisición ilegal de 27 rifles de asalto, tipo AK-47, Morones también reclutó otros dos sujetos, quienes compraron 69 armas de fuego. Bajo el operativo Rápido y Furioso, agentes federales del ATF permitieron que Morones y otros sujetos compraran armas de fuego ilegalmente, y después distribuirlas entre los diferentes grupos de narcotraficantes mexicanos, intentando rastrear dichas armas con la meta de identificar la red del narcotráfico mexicano. El ATF inmediatamente perdió control del operativo, pues se estima que 1.400 armas de fuego desaparecieron en México, y algunas se recuperaron por las escenas de crímenes incluyendo el caso del asesinato de Brian Terry, un agente del Border Patrol, quien falleció por lesiones de impacto de bala mientras que investigaba el posible contrabandeo de drogas ilícitas por la zona fronteriza de Nogales.