Roma, ita
Tras críticas de la ONU, Legionarios pidieron perdón y eligieron nuevo director.
Apenas un día después de que la ONU acusara al Vaticano de encubrir a sacerdotes pederastas y exigiera su castigo, los Legionarios de Cristo emitieron ayer un comunicado en el que reprobaron los actos ´gravísimos y objetivamente inmorales´de abuso sexual cometidos por su fundador, el sacerdote mexicano Marcial Maciel (1920-2008), y pidieron perdón a sus víctimas.
“Queremos expresar nuestro hondo pesar por el abuso de seminaristas menores de edad, los actos inmorales con hombres y mujeres adultos, el uso arbitrario de su autoridad y de bienes, el consumo desmesurado de medicamentos adictivos y el haber presentado (Maciel) como propios escritos publicados por terceros”, señaló el comunicado.
En Roma, donde la cuestionada orden se encuentra reunida hasta fines de este mes para su Capítulo General Extraordinario, se eligió como nuevo director general al también sacerdote mexicano, Eduardo Robles Gil, en sustitución de Álvaro Corcuera, que dejó el cargo en 2011 por motivos de salud.
En su comunicado, los legionarios señalaron que por la conducta de Maciel ´de quien se sabe tuvo al menos tres hijos con dos mujeres´, que llevó una vida “sin escrúpulos y sin un verdadero sentimiento religioso”, la congregación ´corrió el peligro de desaparecer´ y que este peligro lo superaron con la ayuda de la Santa Sede: el 16 junio del 2010 Benedicto XVI nombró al cardenal italiano Velasio de Paolis Delegado Pontificio de los legionarios.
El comunicado legionario fue dado a conocer un día después de que el Comité de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (ONU), expresará su preocupación por las formas de reclutamiento de la Legión, preocupación contenida, según algunos medios de información, en el documento en el que este organismo criticó ásperamente al Vaticano por la ineficiencia en el combate a la pederastia sacerdotal.
En su ´mea culpa´, la Legión admitió su inicial incapacidad para ´creer a las víctimas del padre Maciel´ y lamentó “el largo silencio institucional y los titubeos y errores de juicio a la hora de informar”.
En el papado de Juan Pablo II, los legionarios, una congregación que atraía a muchos católicos a la vocación religiosa y realizaba enormes donaciones a la Iglesia, llegaron a ser muy influyentes en ésta, con 800 sacerdotes y 2 mil 500 seminaristas, además de laicos consagrados.