Missouri.
En Walmart manifestantes protestaron gritando “Manos arriba, no disparen”.
Manifestantes en Ferguson, Missouri, comenzaron a sabotear las ventas del “Viernes Negro” en tiendas de Estados Unidos durante la noche, en una nueva táctica para ventilar su descontento por la decisión de un jurado de no presentar cargos contra un policía caucásico que mató a tiros a un joven negro desarmado.
Al dar inicio a su más reciente estrategia dentro de un Walmart en otro suburbio cercano de St. Louis, alrededor de 75 manifestantes protestaron pacíficamente, gritando “Manos arriba, no disparen”, desconcertando a buscadores de ofertas que se desplazaban con sus carritos de compras.
Más tarde se dispersaron pacíficamente ante una orden policial y se dirigieron a un local de Target, donde realizaron una manifestación similar. Varios grupos planeaban más acciones de ese tipo para el viernes.
Ferguson se convirtió en el punto focal de las relaciones raciales, a menudo tensas, en Estados Unidos después de que el policía Darren Wilson mató a tiros a Michael Brown el 9 de agosto.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos está investigando posibles abusos a los derechos civiles y el presidente Barack Obama ha llamado a la reflexión sobre las dificultades que enfrentan las minorías en el país.
La decisión del jurado del lunes de no presentar cargos contra Wilson provocó la ira en Ferguson. Cerca de una decena de negocios fueron quemados y más de 100 personas fueron arrestadas tras enfrentamientos con policías antimotines que se extendieron hasta la noche del martes.
Sin embargo, el miércoles y el jueves la situación fue mucho más tranquila, sin reportes de grandes incidentes.
Antes de dirigirse en caravana a un Walmart el jueves por la noche, un grupo de cerca de 100 manifestantes disfrutaron la cena del Día de Acción de Gracias, cantaron, rezaron y discutieron su nueva estrategia en el sótano de una iglesia en St. Louis.
“Estamos golpeados, pero no quebrados”, afirmó Cathy Daniels, quien preparó la comida. “Estamos reagrupándonos”, sostuvo.
Ferguson, una localidad donde viven unas 21.000 personas, es una ciudad de mayoría negra, donde casi todos los líderes políticos y policías son blancos.
El gobernador de Misuri, Jay Nixon -que declaró un estado de emergencia con bastante anticipación a la decisión del jurado- ha desplegado cerca de 2.200 efectivos de la Guardia Nacional en el área de Ferguson para contener la violencia.
Wilson, que se encuentra con licencia administrativa, ha dicho que temió por su vida y que actuó en defensa propia cuando le disparó a Brown.
La familia del joven fallecido afirmó que el policía actuó con malicia y que debería enfrentar un juicio.