El líder chino, Xi Jinping, enfrenta un desafío crucial: disipar las preocupaciones sobre la avalancha de productos chinos y evitar nuevos aranceles. En la semana pasada, Xi intentó persuadir a la Unión Europea de no seguir los pasos de Estados Unidos en restringir las importaciones de vehículos eléctricos y otros productos de alta tecnología de China. Sin embargo, nuevas cifras resaltan la urgencia de su tarea.
Las exportaciones de China hacia la UE y Estados Unidos disminuyeron en los cuatro meses hasta abril en comparación con el año anterior, a pesar del aumento general de las exportaciones chinas en un 1.5%. Este incremento fue impulsado principalmente por un aumento en las exportaciones a Asia y los países en desarrollo.
El cambio en el patrón del comercio chino resalta el atractivo de sus productos baratos para países más pobres, pero también refleja las tensiones con Occidente, especialmente Estados Unidos, que están llevando a las empresas chinas a buscar formas de eludir los aranceles trasladando la producción a países como Vietnam y México.
En Europa, la disminución de las exportaciones también refleja la desaceleración económica después de los impactos de la pandemia y la invasión rusa a Ucrania. El establecimiento de barreras comerciales más altas dificultaría aún más la tarea de China de reconstruir sus exportaciones con la UE.
Mientras tanto, China está enfocada en impulsar el crecimiento económico a través de inversiones en sectores de alta tecnología como vehículos eléctricos y energías renovables. Sin embargo, esto genera preocupación en el extranjero por el riesgo para los empleos e industrias locales.
La UE está considerando imponer aranceles elevados a vehículos eléctricos y turbinas eólicas fabricadas en China, lo que podría afectar empresas chinas como el fabricante de automóviles BYD. China ha denunciado estas medidas como proteccionismo, mientras Xi Jinping enfatiza la experiencia de China en energía renovable como una ventaja para el mundo.