El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha dado un paso firme en materia migratoria al firmar una orden ejecutiva que restringirá drásticamente las solicitudes de asilo en la frontera con México.
Esta medida, que entrará en vigor de inmediato, permitirá deportar a aquellos que no cumplan con estrictos estándares cuando se superen las 2,500 detenciones diarias en la frontera. Los protocolos para solicitar asilo se flexibilizarán nuevamente cuando el promedio de detenciones disminuya a 1,500 durante 14 días, una meta difícil de alcanzar.
Aquellos que lleguen a la frontera después de superar el máximo de 2,500 estarán sujetos a estándares más altos para calificar para asilo, debiendo demostrar un riesgo real de tortura o persecución en su país de origen.
Si los migrantes no cumplen con estos estándares, serán deportados en cuestión de horas o días, dependiendo de su nacionalidad. Los mexicanos, cubanos, haitianos, nicaragüenses y venezolanos serán devueltos directamente a México, mientras que aquellos de otras nacionalidades serán expulsados en vuelos de deportación.
Sin embargo, hay excepciones para los no acompañados, víctimas de tráfico de personas, emergencias médicas y amenazas extremas. Los casos de asilo de quienes hayan solicitado cita a través de la aplicación móvil CBP One seguirán siendo procesados.
Esta medida, considerada la más agresiva de Biden hasta el momento, llega en un momento crucial de la campaña electoral, donde se enfrentará a Donald Trump. La orden ejecutiva ha sido criticada por la campaña del ex presidente, quien la ha calificado de "amnistía".