La cantante y actriz Françoise Hardy falleció a los 80 años, dejando un legado musical que la convirtió en una de las estrellas pop más exitosas de Francia. Con una voz cautivadora y una elegancia innata, Hardy marcó una época en la música francesa de los años 60 y 70.
Un legado en la música francesa
A lo largo de su carrera, colaboró con músicos de renombre como Bob Dylan, Tuca y Serge Gainsbourg, y su influencia se extendió más allá de las fronteras francesas, cautivando a artistas como los Rolling Stones y David Bowie.
Nacida en París durante la ocupación nazi en 1944, Hardy comenzó su carrera musical a los 16 años, firmando con Disques Vogue en 1961 y rápidamente convirtiéndose en un ícono del estilo yé-yé, un movimiento musical que combinaba la chanson francesa con el pop y el rock'n'roll. Su canción "Tous les garçons et les filles" fue un éxito rotundo en 1962, vendiendo más de 2.5 millones de copias y catapultándola a la fama en toda Europa.
A lo largo de los años, Hardy continuó reinventándose y explorando nuevos estilos musicales, grabando en varios idiomas y colaborando con artistas de renombre. Su belleza icónica y su estilo impecable la convirtieron en musa de diseñadores como Yves Saint Laurent y en una presencia frecuente en la fotografía de moda. A pesar de su batalla contra el cáncer linfático desde 2004, Hardy siguió siendo una figura querida en la industria de la música y la moda, dejando un legado imborrable en la cultura francesa y más allá.