En Long Beach, California, Fernando González, de 55 años, se enfrenta a la difícil situación de vivir en un callejón tras la reciente limpieza de Gumbiner Park, su antiguo hogar. La medida, tomada por la ciudad en respuesta a las quejas de los residentes, ha generado controversia entre aquellos afectados y los defensores de la política de limpieza de campamentos.
El reciente fallo de la Corte Suprema ha permitido a las ciudades como Long Beach implementar leyes más estrictas contra los campamentos públicos. El gobernador Gavin Newsom ha respaldado esta decisión, instando a las ciudades a actuar y amenazando con recortes presupuestarios para quienes no cumplan. Long Beach ha comenzado a identificar y limpiar áreas problemáticas como el Parque Billie Jean King y el Parque Jenni Rivera.
A pesar de la inversión de $60 millones en soluciones para la falta de vivienda, la ciudad enfrenta un desafío considerable, con 3,376 personas sin hogar, de las cuales el 72% vive en carpas o refugios improvisados. Aunque las autoridades aseguran que su enfoque es "humano" y prioriza ofrecer albergues y cupones para hoteles, la efectividad de estas medidas sigue siendo cuestionada.
Mientras algunos residentes y negocios apoyan la limpieza por problemas de seguridad e higiene, otros, como Daria Crocket, se sienten desplazados y sin opciones. La gran pregunta es si esta estrategia es una solución efectiva o solo una medida temporal que no aborda el problema subyacente de la falta de vivienda en Long Beach.