El calor sofocante del verano en Dallas se hizo sentir de una manera especialmente cruel ese día. Araiya, una niña de 4 años con autismo no verbal, se encontró atrapada en un autobús escolar, bajo el sol implacable, por siete largas horas.
Robert Pruitt recibió una llamada informándole de que su hija, Araiya, no había llegado a la escuela. Posteriormente, descubrió que Araiya había sido olvidada en un autobús escolar, a pesar de haber confiado la responsabilidad de su hija a las autoridades escolares.
La situación se agrava por el hecho de que Araiya es autista y no puede hablar, lo que dificulta la posibilidad de que pudiera comunicar su situación. Afortunadamente, tras horas de agonizante espera, la niña fue encontrada y trasladada al hospital, donde recibió la atención médica necesaria.
El Distrito Escolar Independiente de Dallas emitió un comunicado en el que lamentaron profundamente el incidente y aseguraron que la seguridad de los estudiantes es su prioridad. Sin embargo, las palabras no parecen ser suficientes para Pruitt.
“La gente pierde su trabajo por mucho menos, va a la cárcel por mucho menos. Simplemente decir que lo han despedido y que mi hija está traumatizada y sufriendo no me brinda ningún consuelo”, dijo Pruitt, quien exige una investigación exhaustiva del incidente.
La policía del DISD está revisando las imágenes del autobús como parte de la investigación. Pruitt ha solicitado ver el video para comprender mejor lo que sucedió.