"Ochenta y dos, lo intenté, soplé y esas cosas", admitió Clooney, refiriéndose a 1982, cuando tenía apenas 21 años. La cocaína, según relató, fue una de las sustancias que probó en una época donde la fama aún no tocaba a su puerta. Dos años después, su vida daría un giro con su papel en ER, pero esos días de experimentación quedaron grabados a fuego.
Lo que más sorprende no es solo la admisión, sino la crudeza con la que describe el contexto:
- El engaño de la pureza: "Todo estaba cortado con manitol, un laxante para bebés. Hacíamos una línea y luego corríamos al baño".
- El viaje fallido: Una noche de brownies de marihuana con amigos terminó con horas de silencio colectivo tras ver El Mago de Oz bajo los efectos de Dark Side of the Moon de Pink Floyd.
El contraste con su presente es abismal. Hoy, el ganador del Óscar se define por su rol de padre protector. En la misma entrevista, expresó su preocupación por la exposición de sus gemelos Alexander y Ella (8 años) a las redes sociales: "Los mantenemos alejados de Internet. Sus tareas requieren computadora, pero prefiero que vean películas de Snoopy".
La charla también tocó su nueva película, donde interpreta a un hombre sin familia ni amigos. "Yo he tenido suerte", reflexionó. "Mis hijos aún me quieren". Una declaración que resuena irónica, viniendo de quien alguna vez fue el soltero más codiciado de Hollywood.
