Ahí, donde las luces se encienden puntuales, un hombre de 74 años demuestra que el tiempo es sólo un número cuando de pasión se trata.
"Lo que tengo muy largo es la edad. Mis proyectos también cargan con muchos años, igual que yo", suelta entre carcajadas César Bono, mientras ajusta el micrófono con una mano que ya no responde como antes. Ocho infartos cerebrales en 2018 marcaron su cuerpo, pero no su espíritu. La espasticidad en su brazo derecho se ha vuelto compañera de escenario, un detalle que el público reconoce como parte de su lucha.
Quienes llegan a ver Defendiendo al cavernícola —su monólogo con 24 años en cartelera— esperan chistes clásicos. Se llevan algo más profundo: un hombre que transforma el dolor en punchlines y las limitaciones en aplausos. "Cuando te dicen 'gracias', es porque recibieron algo verdadero", confiesa el actor, conocido por dar vida a Frankie Rivers en Vecinos.
- Ritual inquebrantable: Sube las escaleras del escenario con ayuda, pero sin prisa. Cada paso es una victoria.
- Combustible emocional: Las ovaciones, dice, son "alimento para el alma" que lo mantienen en pie.
- Legado en movimiento: A días de cumplir 75 años (este 19 de octubre), descarta el retiro con una frase contundente: "Para descansar tendremos toda la eternidad".
Sus seguidores más fieles lo saben: detrás del comediante está el sobreviviente. El que convirtió cada secuela física en un chiste nuevo, cada dificultad en motivo para seguir. Hoy, mientras ajusta el traje de cavernícola por enésima vez, su risa sigue siendo la misma de hace décadas. Sólo que ahora, resuena con el eco de quien aprendió a bailar bajo la lluvia.
