Los cielos de California, una vez más, están siendo testigos de un fenómeno preocupante: los ataques con láser a aviones. La Administración Federal de Aviación (FAA) reporta que el estado dorado continúa liderando la nación en este tipo de incidentes, con cifras que, aunque no superan los números récord del año pasado, aún siguen siendo alarmantemente altas.
Según la FAA, se registraron 855 casos de personas apuntando láseres a aviones entre enero y julio de este año, lo que equivale a un promedio de 1.466 incidentes por año. Para poner en perspectiva estas cifras, el año pasado se reportaron 1.871 ataques con láser, de los cuales el 14% ocurrieron en California.
Si bien la FAA ha implementado programas de educación y divulgación pública para mitigar este problema, los funcionarios del gobierno están preocupados por la persistencia de estas bromas, que son consideradas como una seria amenaza para la seguridad de los pilotos y pasajeros.
Desde 2010, la FAA ha registrado más de 300 casos de pilotos que han sufrido lesiones oculares como resultado de ataques con láser. Las consecuencias pueden ser graves, desde daños en la córnea hasta pérdida temporal o permanente de la visión. El año pasado, se reportaron 34 lesiones a pilotos, incluyendo cuatro en California.
Las personas que sean sorprendidas apuntando láseres a aviones enfrentan multas de hasta 11.000 dólares por infracción y hasta 30.800 dólares por incidentes múltiples. Además, las agencias policiales locales, estatales y federales pueden presentar cargos penales dependiendo de la gravedad del incidente.
La FAA, a través de campañas de concienciación pública y cooperación con las autoridades locales, espera combatir este problema. La agencia ha puesto a disposición un mapa interactivo que muestra la ubicación y fecha de los ataques con láser en todo el país, con el objetivo de llamar la atención sobre la gravedad de la situación.
Ante la creciente amenaza de los ataques con láser, es fundamental que la población se concientice sobre las consecuencias de estas acciones, que van mucho más allá de una simple broma. Es responsabilidad de todos contribuir a la seguridad de nuestros cielos y evitar cualquier acción que ponga en riesgo la vida de los pasajeros y la tripulación.