Su compañero de cuarto, Jason Woodlief, fue declarado culpable del crimen y sentenciado a 30 años de prisión. Los detalles del caso, que revelan una noche fatídica llena de tensiones, son escalofriantes.
La noche del homicidio, la familia de Shimek, incluyendo a sus hijos, regresó a casa después de un combate de boxeo. La tranquilidad se vio interrumpida cuando Woodlief, bajo los efectos del alcohol, provocó daños a un automóvil perteneciente a dos vecinos. Al regresar a la casa, la tensión aumentó y una discusión entre Woodlief y Shimek fue captada por una cámara de seguridad. La situación escaló de forma trágica cuando se escucharon seis disparos provenientes del interior de la vivienda.
Al llegar al lugar, los agentes encontraron a Shimek sin vida con dos disparos en la cabeza. Sus hijos, aterrorizados, estaban escondidos en un dormitorio. Woodlief, visiblemente afectado, solicitó a un oficial que le disparara, mostrándose consciente de la gravedad de sus acciones.
Shimek, oriunda de Ritzville y Spokane, era una madre dedicada y querida por su comunidad. Había trabajado en el sector bancario y era reconocida por su lealtad y su espíritu amable. Su muerte prematura dejó un vacío inmenso en la vida de sus seres queridos.