Desde que era una bebé, Eva ha demostrado tener un don especial. "Su profesora de piano me dijo que está desarrollando un oído absoluto", comenta su madre, Anna Laguna. "Salíamos de casa y ella escuchaba canciones. Al regresar, comenzaba a tocarlas. Se enseñaba a sí misma a tocarlas en el piano."
Eva sorprendió a todos al aprender el abecedario y contar hasta 100 antes de cumplir dos años. "A los tres años, también comenzó a leer y deletreaba palabras por sí misma", cuenta Laguna.
Leía libros, pero nunca intenté obligarla a leer palabras, dijo su mamá.Un familiar notó lo excepcional que era. Los padres de Eva le hicieron una prueba de coeficiente intelectual con un psicólogo educativo, y obtuvo una puntuación lo suficientemente alta como para ser aceptada en la Mensa Honor Society, la organización más grande para personas con un alto coeficiente intelectual.
Esto significa que se encuentra en el 2% superior en una prueba de inteligencia estandarizada. También forma parte del Davidson Young Scholars Program.
Si bien sus padres se sienten orgullosos, también están un poco asustados. "No sé cómo navegar esto. De hecho, estoy buscando recursos e intentando investigar para ver cómo navegarlo de la mejor manera", dice Laguna. "Me gustaría saber que hay otros niños como ella. Sé que navegar las amistades puede ser un poco difícil para ella en este momento". Este año, Eva se enfrentó a un problema de salud poco común: le diagnosticaron cataratas. Tras dos cirugías oculares y gafas bifocales, recuperó la vista.