La situación se ha vuelto tan grave que los comerciantes se reunieron con la oficina del alcalde, el Departamento de Salud Pública y el Departamento de Obras Públicas para expresar su frustración.
"Esta situación no es nueva, lleva años sucediendo. Los vendedores ilegales operan sin ningún tipo de control, lo que genera una competencia desleal y pone en riesgo la salud de la comunidad", declaró Edward Siu, representante de la Asociación de Comerciantes de Chinatown, que agrupa a 175 negocios. Siu señaló que muchos comerciantes cumplen con sus obligaciones de pago de alquiler, seguros y licencias, mientras que los vendedores ilegales no tienen que enfrentar estos costos. Además, algunos alimentos son recolectados de la basura para ser revendidos. "Recientemente, una mujer fue sorprendida recogiendo pieles de cerdo de un contenedor. Al ser interrogada, indicó que planeaba preparar y vender la carne a un bajo precio", reveló Siu.
Los comerciantes de Stockton Street también han expresado su preocupación. "La presencia de vendedores ilegales nos causa pérdidas, ya que obstruyen el paso y restan clientela", señaló Peter Lo, propietario de Wellman’s Pharmacy durante casi 40 años. Lo agregó que, a pesar de sus solicitudes, los vendedores se niegan a despejar el área, lo que también atrae plagas y disuade a los turistas.
La oficina del alcalde ha manifestado que está fomentando la cooperación entre las agencias para abordar la situación en Chinatown. Se ha instado a los vendedores ilegales a obtener los permisos necesarios.