Lo Rosso, quien falleció en 2021, la enmarcó y la colgó en su casa por décadas. Su hijo, Andrea, notó que la firma de la pintura decía "Picasso" y comenzó a investigar si era auténtica.
La pintura, que representa una mujer en estilo asimétrico, muestra un estilo característico de Picasso. Se cree que la mujer retratada es Dora Maar, fotógrafa y poeta francesa que fue amante de Picasso.
Andrea contactó a historiadores del arte, pero muchos descartaron la pintura como una falsificación. La familia la registró con la policía de patrimonio italiano, quienes inicialmente pensaron que era robada, pero permitieron que la familia la conservara.
En 2019, la pintura fue puesta en una bóveda en Milán. Después de un examen exhaustivo por parte de una grafóloga forense, Cinzia Altieri, la firma de Picasso fue certificada como auténtica.
"No hay duda de que la firma es suya," dijo Altieri a la prensa italiana. "No había evidencia para demostrar su naturaleza apócrifa."
Según Altieri y Luca Gentile Canal Marcante, experto en arte, la pintura podría valer alrededor de €6 millones ($6.6 millones). Si la Fundación Picasso en París la certifica, su valor podría duplicarse.
Andrea Lo Rosso planea subastar la pintura en honor a su padre, quien siempre quiso que la obra fuera autenticada y vendida.