El incidente comenzó alrededor de la 1:30 am cuando la policía de Los Ángeles recibió una llamada por un apuñalamiento en Sherman Way cerca de Woodman Avenue. Al llegar al lugar, encontraron a una víctima con heridas de arma blanca, quien fue trasladada de inmediato al hospital en ambulancia.
Mientras la víctima recibía atención médica, la sospechosa, cuya identidad se mantiene en reserva, se refugió en un apartamento con un niño pequeño. La tensión se intensificó y las autoridades rodearon el edificio, estableciendo un perímetro de seguridad. Las negociaciones con la mujer se prolongaron, manteniendo la incertidumbre sobre el estado del bebé y la motivación detrás del apuñalamiento.
Finalmente, las autoridades lograron comunicarse con la sospechosa y la escoltaron fuera del apartamento, conduciéndola en una patrulla hacia un hospital para su evaluación. Imágenes de video captan el momento en que la mujer golpea la ventana del vehículo policial, evidenciando un estado de alteración y posible angustia.
Afortunadamente, el bebé no parecía haber sufrido daños físicos durante el incidente, pero también fue trasladado a un hospital para su evaluación. La relación entre el bebé y la sospechosa, así como las causas del apuñalamiento, siguen siendo un misterio.