La Asociación Internacional de Estibadores (ILA), que representaba a los 45,000 trabajadores en huelga, y la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX), que agrupa a las navieras y operadores de terminales, lograron un "acuerdo de principio" que puso fin al conflicto.
La huelga, que había comenzado a principios de semana, fue una respuesta al estancamiento en las negociaciones salariales. La ILA buscaba un aumento considerable en los salarios, además de garantías frente a la automatización, que amenaza con reducir empleos en el sector. La presión por un acuerdo era palpable, especialmente con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina.
El acuerdo, anunciado este jueves, incluye un aumento salarial del 62% en seis años, según fuentes no oficiales. Aunque los detalles específicos no se han revelado, ambas partes confirmaron que las acciones en curso cesarán de inmediato.
"Este acuerdo pone fin a la primera paralización del sector desde 1977, una señal de la importancia de la negociación colectiva en un entorno laboral cambiante", comentó un analista.
La administración del presidente Joe Biden, inicialmente reacia a intervenir, se congratuló por el acuerdo, agradeciendo a las partes su esfuerzo por mantener los puertos abiertos y garantizar el flujo de suministros.
"La huelga podría haber costado entre 4,500 y 7,500 millones de dólares al PIB semanalmente", según estimaciones de Oxford Economics. Sin embargo, otros analistas como Capital Economics consideraron que los temores sobre el impacto económico eran exagerados.
El contexto político también fue crucial. El ex presidente Donald Trump aprovechó la situación para criticar a Biden, argumentando que el presidente debería haber intervenido más rápidamente para facilitar un acuerdo.
Con el acuerdo alcanzado, la atención se centra ahora en las negociaciones restantes, que se llevarán a cabo en los próximos 90 días. El país se prepara para la inminente contienda electoral y su posible impacto en la economía, en un escenario donde el cierre de la huelga representa una victoria para los sindicatos.