A medida que se acercan las elecciones del 5 de noviembre, la vicepresidenta Kamala Harris enfrenta un desafío crucial en su búsqueda de apoyo entre los votantes latinos. Aunque cuenta con un respaldo del 56% en comparación con el 37% de Donald Trump, los datos revelan que esta diferencia de 19 puntos porcentuales es insuficiente para garantizar un triunfo en un electorado que ha sido históricamente vital para los demócratas. La preocupación crece cuando se analiza el contexto: en 2020, el entonces candidato Joe Biden logró un 62% del voto latino, y en 2016, Hillary Clinton alcanzó el 68%. La disminución del apoyo hacia los demócratas, a la vista de estos números, es alarmante.
Una encuesta reciente del 'New York Times' y 'Siena' pone de manifiesto que, a pesar de la retórica antiinmigrante de Trump, el apoyo de los latinos hacia él ha crecido. Este fenómeno es especialmente notable entre los hombres latinos, lo que contrasta con la tendencia general que muestra un respaldo más fuerte hacia Harris entre las mujeres de este grupo. Las palabras de Trump, cargadas de ataques contra los inmigrantes, parecen no haber tenido el efecto polarizador esperado en todos los votantes latinos; de hecho, una mayoría de los nacidos en Estados Unidos siente que estas agresiones no les afectan directamente.
Un aspecto intrigante de la encuesta es el apoyo que una porción del electorado latino otorga a algunas de las políticas más duras propuestas por Trump. Por ejemplo, un tercio de los encuestados está a favor de la construcción de un muro fronterizo y de la deportación de inmigrantes indocumentados. Esta realidad sugiere que, aunque la narrativa antiinmigrante puede ser polarizadora, hay un sector del electorado hispano que no solo tolera, sino que respalda tales medidas.
La economía emerge como el tema prioritario para los votantes latinos, con un 30% señalando que es su principal preocupación al momento de decidir su voto. Le siguen, a gran distancia, el derecho al aborto (15%) y la inmigración (10%). Esta jerarquía de prioridades indica que, a pesar de la identidad y la retórica, los electores están más enfocados en cuestiones económicas que en debates culturales, lo que podría jugar un papel crucial en su decisión.
El análisis de género también resalta una brecha significativa en el apoyo a los candidatos. Mientras que un 62% de las mujeres latinas apoya a Harris, solo el 31% respalda a Trump. En contraste, entre los hombres, el apoyo se reparte de manera más equitativa, con un 45% eligiendo al republicano y un 48% a la demócrata. Esta diferencia de género en las preferencias electorales podría influir en la estrategia de campaña de ambos partidos.
A medida que ambos candidatos se esfuerzan por atraer a este electorado en crecimiento, la importancia de conectar con las preocupaciones de los latinos se hace evidente. Recientemente, Trump y Harris participaron en conversaciones con votantes a través de Univision, reflejando el reconocimiento de que la comunidad latina es un elemento clave en la contienda electoral. Sin embargo, los datos sugieren que la dinámica de apoyo aún está en juego, con una cuarta parte de los votantes latinos indicando que no están completamente decididos.
Las encuestas indican que el electorado hispano está más dividido y abierto al cambio de opinión que la media estadounidense. Esta volatilidad resalta la necesidad de estrategias efectivas que puedan movilizar y consolidar el apoyo de una comunidad que sigue siendo un baluarte en las elecciones estadounidenses.