Un incendio, que rápidamente se propagó en el segundo piso de un edificio de seis niveles, desató una escena caótica. Las sirenas de las ambulancias se mezclaban con los gritos desesperados de los residentes, que buscaban refugio de las voraces lenguas de fuego.
El edificio, ubicado en el 2110 de Brighton, 3rd Street, se convirtió en el escenario de una tragedia. Un bombero, que corrió hacia el corazón del incendio para salvar vidas, fue uno de los heridos. Otros tres residentes también resultaron lastimados mientras escapaban de las llamas. Sin embargo, la noticia más desgarradora fue la pérdida de una vida: un residente del edificio, quien vivía en el apartamento donde se originó el incendio, no pudo escapar a tiempo.
La investigación posterior reveló que la tragedia pudo haber sido provocada por una bicicleta eléctrica. Una bicicleta eléctrica, cuyo esqueleto carbonizado aún yacía en el apartamento, era la principal sospechosa. Las autoridades, sin embargo, no han confirmado si la batería de la bicicleta fue el detonante del incendio.
El fuego se extendió con rapidez, consumiendo el apartamento donde comenzó y amenazando con extenderse al resto del edificio. Un total de 60 bomberos de 12 unidades combatieron las llamas durante una hora, hasta lograr sofocarlas alrededor de las 4:30 a.m. A pesar de sus heroicos esfuerzos, el fuego dejó tras de sí un saldo de dolor y una advertencia sobre los peligros de las baterías de las bicicletas eléctricas.