Su discurso, lejos de centrarse en propuestas políticas, se enfocó en la construcción de un relato antiinmigrante. En medio de esta narrativa, Donald Trump recurrió a un elemento histórico para justificar sus planes: la "Ley de Enemigos Extranjeros", promulgada en 1798.
Esta ley, que data de la Guerra de Independencia, fue utilizada durante la Segunda Guerra Mundial por el presidente Franklin D. Roosevelt para encarcelar a familias de inmigrantes de origen italiano, alemán y japonés. Ahora, Trump la utiliza para justificar un plan de deportación masiva, al que llama "Operación Aurora", con el objetivo de desmantelar las redes criminales de migrantes que operan en Estados Unidos.
El expresidente estadounidense señaló que "en Venezuela, los crímenes se han reducido un 72% porque sacaron a los criminales de Caracas y los pusieron a lo largo de su frontera". Sin embargo, el alcalde de Aurora, Mike Coffman, también republicano, desmintió las afirmaciones de Trump, calificando la ciudad como "considerablemente segura", no como una ciudad invadida por pandillas venezolanas.
Para justificar su plan, Trump emplea la palabra "invasión", argumentando que la ley de 1798 solo es aplicable en casos de "guerra declarada" o "incursión depredadora". Sin embargo, la ley, como se mencionó antes, fue utilizada en el pasado para encarcelar a familias enteras de inmigrantes, sin que existiera una "guerra declarada" o una "invasión" en el sentido estricto.
La aplicación de esta ley en el contexto actual enfrenta varios obstáculos legales. Expertos señalan que la presencia de inmigrantes indocumentados no se equipara a una "invasión" o a una "guerra declarada", elementos esenciales para la aplicación de la ley.
La invocación de la "Ley de Enemigos Extranjeros" por parte de Trump podría tener graves consecuencias. No solo podría justificar la deportación de millones de inmigrantes sin papeles, sino que también podría sentar un precedente peligroso, permitiendo al presidente actuar en contra de las garantías individuales y la ley.
El uso de la "Ley de Enemigos Extranjeros" por parte de Trump, una vez más, pone en evidencia su estrategia de exacerbar el miedo y la xenofobia, utilizando la inmigración como un chivo expiatorio para sus agendas políticas. La "Operación Aurora" es un ejemplo de cómo la retórica de Trump busca desmantelar las instituciones democráticas y socavar los derechos humanos básicos.