Lo que comenzó como una jornada relajante en la playa de Crystal Beach, en Tsuruga, se transformó en una lucha por la supervivencia cuando un delfín, aparentemente solitario y agresivo, lo atacó sin piedad. Goto y su amigo se encontraban a unos 20 metros de la costa cuando el animal, identificado por los expertos como un delfín nariz de botella, se abalanzó sobre ellos. "Me atacó una y otra vez, realmente creí que iba a morir. Lo que más me asustó fue la posibilidad de ser arrastrado hacia aguas más profundas", relató Goto a la prensa local.
El ataque del delfín, que según las autoridades locales ya había protagonizado al menos 15 agresiones similares durante el verano, dejó a Goto con heridas en ambos brazos y una profunda laceración en el dedo índice izquierdo, que requirió cinco puntos de sutura. Afortunadamente, un surfista que se encontraba cerca logró rescatarlo del animal.
Aunque el delfín es conocido por su comportamiento amigable con los humanos, los expertos sugieren que su agresividad podría estar relacionada con su soledad y frustración. "Al igual que los humanos y otros animales sociales, las fluctuaciones hormonales, la frustración sexual o el deseo de dominar pueden llevar a un delfín a agredir a quienes interactúan con él. Dado que son animales muy poderosos, esto puede resultar en graves lesiones para los humanos", explicó el biólogo Dr. Simon Allen.
Mari Kobayashi, jefa del laboratorio de biología marina de la Universidad de Agricultura de Tokio, señaló que el animal podría estar mostrando signos de soledad, ya que los delfines nariz de botella suelen vivir en grupos. La experiencia traumática de Goto ha generado una alerta en la comunidad. Las autoridades locales han emitido recomendaciones para los bañistas, aconsejando salir del agua rápidamente si se observa un delfín, mantener la distancia y evitar alimentarlo.