La idea surge de la necesidad de agilizar el flujo de pasajeros en el aeropuerto, pues las despedidas emocionales suelen provocar atascos. El director ejecutivo del aeropuerto, Dan De Bono, explicó que las zonas de entrega suelen ser "semilleros de emoción", y que la intención del límite es permitir que más personas experimenten estos breves momentos de conexión sin causar retrasos.
El aeropuerto ha instalado un letrero que indica "Tiempo máximo de abrazos: 3 minutos", pero no se trata de una medida estricta. De Bono aclaró que la señalización busca "divertirse con eso", y que la intención no es "apretar las ruedas" ni imponer multas a quienes se excedan.
La decisión ha tenido un impacto notable. Mientras algunos usuarios aplauden la medida por su practicidad, otros argumentan que socava la importancia emocional de las despedidas. El debate se ha trasladado a las redes sociales, donde los comentarios van desde reflexiones humorísticas hasta discusiones serias sobre las implicaciones de esta regulación.
De Bono también mencionó que, para aquellos que deseen un tiempo más largo de despedida, el estacionamiento del aeropuerto ofrece 15 minutos gratuitos.
En definitiva, la "policía de abrazos" en Dunedin ha generado un diálogo interesante sobre cómo balancear la eficiencia y la conexión emocional en los espacios públicos, particularmente en un mundo donde los viajes cada vez se rigen más por protocolos y regulaciones.