Las elecciones presidenciales en Estados Unidos están a la vuelta de la esquina y la presión sobre las principales cadenas de televisión es, como siempre, intensa. La noche electoral se perfila como una batalla por la atención de los televidentes, con un desafío único: la desinformación.
En 2020, la victoria de Joe Biden se anunció después de cuatro días de incertidumbre, dejando a las cadenas de televisión con un sabor agridulce. Este año, con encuestas que muestran una carrera reñida, la incertidumbre vuelve a ser el ingrediente principal.
"Todo se reducirá a siete estados cruciales," explica Joe Lenski, vicepresidente ejecutivo de Edison Research, la empresa que proporciona datos a cadenas como ABC, NBC News, CBS y CNN. "En muchos de ellos, no tendremos información suficiente para proyectar un ganador hasta el día siguiente, o incluso varios días después," advierte Lenski.
La presión sobre las cadenas es considerable. Equipos de expertos analizan los datos de los primeros resultados parciales, con el objetivo de dar a los televidentes una visión rápida de la situación. Sin embargo, el riesgo de sacrificar la precisión por la velocidad es real. "Hay una presión enorme por capturar la atención y brindar información rápidamente," afirma Costas Panagopoulos, profesor de Ciencias Políticas en la Northeastern University y antiguo miembro de la mesa de decisión de la NBC. "Pero el mayor riesgo es perder la precisión."
En 2020, la decisión de Fox News de conceder la victoria a Biden en Arizona a pocas horas del cierre de las urnas provocó la ira de Donald Trump. Este año, las cadenas de televisión están recurriendo a un análisis más exhaustivo, que incluye datos de sondeos a pie de urna y votos anticipados. El objetivo es evitar un nuevo golpe a su credibilidad.