Las últimas encuestas arrojan un empate técnico, con Harris liderando por un estrecho margen en estados clave como Iowa, donde Trump logró la victoria en las elecciones de 2016 y 2020.
El clima político se ha caldeado notablemente, con ambos candidatos intensificando sus ataques y promesas en sus actos de campaña. Harris, con un enfoque centrado en la unidad nacional, ha pedido a los estadounidenses que "pasemos página" y abracemos un "plan divino" para sanar las divisiones. Trump, por su parte, ha redoblado su apuesta por un Estados Unidos más "rico, seguro y fuerte", prometiendo acabar con la inflación y detener la entrada de migrantes indocumentados, a quienes considera una prioridad número uno.
La contienda electoral ha sido marcada por una polarización sin precedentes, con Harris y Trump posicionados en polos opuestos del espectro ideológico. Mientras Harris ha calificado a Trump como "fascista", el expresidente la ha tachado de "marxista" y "comunista".
Las elecciones de este año se perfilan como un punto de inflexión en la historia estadounidense, con el futuro del país en juego. La expectación es máxima, con dos opciones radicalmente diferentes en liza. El resultado de estas elecciones tendrá un impacto directo en la vida de millones de personas, no solo en Estados Unidos, sino también a nivel global.