El estudio, que analizó casi 350 artículos científicos, revela que los tiraderos de basura actúan como un puente entre humanos, animales y el medio ambiente. En ellos, miles de personas, especialmente en países con políticas de tratamiento de basura laxas, rebuscan entre la basura para ganarse la vida. Estos recolectores informales, con una salud precaria y limitado acceso a atención médica, comparten un espacio antihigiénico con animales portadores de enfermedades infecciosas.
"Los vertederos proporcionan alimento a los animales durante todo el año, lo que aumenta la densidad de población de varias especies, facilitando la transmisión de patógenos y la aparición de nuevas cepas", explicó Bruce Gummow, profesor de la Universidad James Cook y experto en epidemiología.
El estudio alerta sobre el aumento de enfermedades zoonóticas, que se transmiten de los animales a los humanos, y enfermedades infecciosas emergentes. Se estima que para 2050 las ciudades generarán más de seis millones de toneladas de basura al día, y la eliminación sin control en países de bajos ingresos es una práctica común.
Gummow destaca la necesidad de un estudio exhaustivo de las enfermedades presentes en los tiraderos, además de un control y gestión sostenible en la recolección y eliminación de residuos. La basura no es un problema que se pueda ignorar, especialmente en un mundo cada vez más interconectado.