La noticia ha generado un revuelo en el ámbito político, con otros estados liderados por demócratas uniéndose a la resistencia.
La estrategia del gobernador Newsom se basa en la idea de "Trump-proof" las leyes de California, con el objetivo de blindarlas de las posibles acciones del gobierno federal. La iniciativa ha encontrado un apoyo sólido en el fiscal general del estado, Rob Bonta, quien ha destacado el trabajo realizado por su equipo en los últimos años para anticipar las acciones del gobierno Trump.
"Rechazamos a Trump. Rechazamos sus valores. Rechazamos su agenda.", afirmó Bonta, resaltando la postura de California frente a la administración del ex presidente.
La batalla legal se intensificará en un contexto político complejo, con un Senado dominado por los republicanos y la posibilidad de que la Cámara de Representantes también caiga en manos del partido rojo.
En otros estados como Nueva York, Massachusetts y Connecticut, se están implementando medidas para proteger los derechos civiles y las políticas progresistas ante la amenaza de un gobierno Trump.
Sin embargo, el futuro político de California permanece incierto. Trump ha prometido políticas agresivas en materia de inmigración, derechos civiles y medio ambiente, generando una sensación de incertidumbre en el estado.