El caso contra Donald Trump por intentar revocar las elecciones de 2020, una historia que parecía tener un desenlace inevitable, se encuentra en un punto crucial.
Jack Smith, el fiscal especial que ha llevado la investigación contra el ex presidente, ha solicitado la suspensión temporal del caso. Este movimiento, a primera vista, podría parecer un paso atrás, pero la realidad es mucho más compleja. Smith ha argumentado que, con Trump a punto de regresar a la Casa Blanca tras la victoria en las elecciones del martes, la situación se ha transformado.
La lógica detrás de esta solicitud no es solo política, también es legal. La política del Departamento de Justicia establece que un presidente en funciones no puede ser procesado. Smith necesita tiempo para evaluar las opciones, determinar el camino a seguir y ajustar su estrategia a la nueva realidad. La incertidumbre sobre el futuro del caso se ha instalado como un fantasma en la escena política estadounidense.