La explicación de este evento extraordinario, se encuentra en un sistema de baja presión que se originó en el Mar Arábigo. La humedad que este sistema arrastró encontró un contraste brutal con el calor del desierto, provocando fuertes lluvias y, para sorpresa de todos, ¡nieve!
Aunque la imagen del desierto nevado es impactante, la Agencia Saudí de Noticias asegura que este fenómeno no ha alterado el paisaje de forma permanente. De hecho, la nieve podría contribuir a la formación de mantos acuíferos y ríos, un beneficio en un territorio tan árido.
La temperatura promedio en Arabia Saudita durante el invierno suele oscilar entre los 10 y 20 grados, lo que significa que las nevadas ocasionales son algo normal en las zonas montañosas. Sin embargo, este reciente evento ha generado preocupación entre los expertos sobre el impacto del cambio climático.
A pesar de la belleza de la nieve en el desierto, las autoridades han emitido una alerta a los ciudadanos para que se preparen para condiciones climáticas extremas en los próximos días.