La orden, que busca aclarar la interpretación de la Enmienda 14 de la Constitución, establece que para obtener la ciudadanía estadounidense al nacer en territorio estadounidense, al menos uno de los padres debe ser ciudadano o residente permanente legal. Esto significaría que los hijos de inmigrantes indocumentados que nacen en Estados Unidos ya no obtendrían la ciudadanía automáticamente.
El gobierno de Trump argumenta que la medida busca desalentar la inmigración ilegal y poner fin al “turismo de nacimiento”, una práctica que involucra a mujeres embarazadas que viajan a Estados Unidos con la intención de dar a luz y obtener la ciudadanía para sus hijos. Sin embargo, la medida ha sido criticada por expertos legales, quienes argumentan que es inconstitucional y podría generar un aumento en la discriminación hacia los inmigrantes.
La orden ejecutiva de Trump enfrenta una batalla legal por delante, ya que el otorgamiento de la ciudadanía por nacimiento tiene más de 150 años de antigüedad y está profundamente arraigado en la Constitución estadounidense.