Dallas, Texas, se vio envuelto en una tragedia el pasado viernes, cuando una simple transacción de un teléfono celular se tornó fatal. La historia, que suena como sacada de una película de terror, se desarrolló a plena luz del día en una gasolinera cercana a la escuela primaria Felix G. Botello. Un hombre de 66 años, Ahmad Alkhalaf, había quedado con una mujer a través de Facebook Marketplace para venderle su teléfono móvil. Lo que parecía un encuentro común, culminó en un tiroteo que arrebató la vida al vendedor.
Las autoridades rápidamente lograron identificar a la sospechosa como Amaya Medrano, una joven de 19 años. Las cámaras de vigilancia de negocios cercanos captaron el momento en que Medrano disparó a Alkhalaf, quien la seguía, para luego huir del lugar. El tiroteo, que ocurrió alrededor de las 3 p.m., provocó la muerte de Alkhalaf en el hospital.
Las investigaciones posteriores revelaron un detalle escalofriante: la misma cuenta de Facebook que se había comunicado con Alkhalaf para la compra del teléfono, estaba ofreciendo a la venta un iPhone 15 oscuro poco después del tiroteo. Este hecho, junto al análisis de las imágenes de las cámaras de seguridad y la identificación de tatuajes distintivos de Medrano en sus redes sociales, permitieron a los investigadores rastrear su ubicación y arrestarla pocos días después del crimen.
Medrano ahora enfrenta cargos de homicidio capital y permanece detenida con una fianza de $1 millón. Se sabe que la joven tenía antecedentes penales por un delito relacionado con agresión, por el cual estaba cumpliendo libertad condicional. La familia de Alkhalaf está desconsolada por la pérdida de un querido esposo, padre y abuelo.