Según un comunicado del FBI, los mensajes enviados a los latinos incluyen alarmantes referencias a un plan de deportación masiva, con frases como “Usted ha sido seleccionado para la deportación”. Por otro lado, los destinatarios de la comunidad LGBTQ+ han recibido comunicaciones que sugieren prácticas coercitivas, como la terapia de conversión, destinadas a alterar su orientación sexual.
Los informes indican que algunos de estos mensajes han llegado incluso a estudiantes de secundaria, lo que ha suscitado una mayor inquietud en las comunidades afectadas. En particular, se han documentado mensajes racistas que, en un tono amenazante, ordenan a los destinatarios estar listos para ser sometidos a situaciones degradantes, como la esclavitud. Estos mensajes, que se enviaron poco después de la elección, han sido descritos como un reflejo de la retórica de odio que ha cobrado fuerza en el país.
Un portavoz de la campaña de Trump ha negado cualquier vínculo con estos mensajes, afirmando que no tienen “absolutamente nada que ver” con ellos. Sin embargo, el FBI ha iniciado una investigación para determinar la extensión de esta ola de mensajes y cómo los remitentes obtuvieron la información de contacto de los destinatarios. Aunque hasta el momento no se han reportado actos violentos relacionados con estos mensajes, la agencia está en contacto con la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia para evaluar la situación.
El presidente de la NAACP, Derrick Johnson, ha responsabilizado a Trump por el aumento de estos mensajes racistas, señalando que la elección de un presidente que ha fomentado el odio ha permitido que grupos racistas se sientan más empoderados. En este sentido, Roman Palomares, presidente de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), ha condenado enérgicamente estos ataques, enfatizando que representan una amenaza a los valores fundamentales de igualdad y democracia en el país.
Palomares subrayó que los latinos son una parte esencial del tejido social y económico de Estados Unidos, y que cualquier intento de intimidación hacia esta comunidad es inaceptable. En un momento en que el temor a la deportación masiva se intensifica, estos mensajes solo contribuyen a un clima de pánico y ansiedad entre los latinos.