Según Ponomarenko, se estima que hasta 50,000 soldados norcoreanos podrían ser enviados a las líneas del frente, lo que les brindaría una valiosa experiencia en combate. En este sentido, hizo un llamado a Corea del Sur para que reconsidere su embargo de armas hacia Ucrania y solicitó a los aliados occidentales que aprueben ataques de largo alcance en territorio ruso, una demanda que ha sido reiterada por el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky.
Las declaraciones de Ponomarenko se producen en un momento en que se informa que Estados Unidos ha autorizado a Ucrania a utilizar misiles balísticos ATACMS para atacar objetivos en Rusia, incluyendo la región de Kursk, que limita con la región nororiental de Sumy en Ucrania. Desde agosto, las fuerzas ucranianas han logrado avances significativos en esta área, capturando partes de la región en una contraofensiva sorpresiva.
El Departamento de Estado de Estados Unidos confirmó la semana pasada que las fuerzas norcoreanas están participando directamente en operaciones de combate junto a las tropas rusas. El portavoz del Pentágono, el mayor general Pat Ryder, indicó que los soldados norcoreanos, ahora considerados combatientes en el conflicto, serán tratados como “objetivos militares legítimos”.
Ponomarenko también destacó que la actual estimación de 11,000 tropas norcoreanas en la región de Kursk podría aumentar a 15,000 en un futuro cercano. Además, se prevé que números similares sean desplegados en la región de Donetsk, que se encuentra bajo ocupación rusa. La participación de Corea del Norte en la guerra representa una escalada significativa en la naturaleza global del conflicto entre Rusia y Ucrania.
El diplomático ucraniano subrayó que las fuerzas norcoreanas han establecido un centro de mando y control en la región de Kursk, dirigido por siete generales, lo que indica una integración profunda en las operaciones militares rusas. Se estima que, a través de despliegues rotativos, hasta 100,000 soldados norcoreanos podrían adquirir experiencia en combate, lo que tendría implicaciones más amplias para la seguridad regional.
Ponomarenko advirtió que estos soldados, una vez endurecidos por el combate, podrían representar una seria amenaza de seguridad en la península de Corea. La exposición de las tropas norcoreanas a “guerra moderna” en Ucrania podría dotarlas de un entendimiento más profundo de las tácticas militares contemporáneas, lo que podría alterar el equilibrio de poder en la región y aumentar las tensiones entre Corea del Norte y Corea del Sur.
Además, mencionó la posibilidad de que Corea del Norte utilice la guerra para asegurar avances tecnológicos, como asistencia en el desarrollo de misiles balísticos intercontinentales, a cambio de su apoyo militar a Rusia. La implicación de las fuerzas norcoreanas en el conflicto no solo complica la situación, sino que también resalta la creciente alianza militar entre Corea del Norte y Rusia, con el régimen de Kim Jong Un recibiendo apoyo financiero y técnico de Moscú, incluyendo ayuda con armamento avanzado.
A medida que la situación evoluciona, las repercusiones de esta colaboración podrían tener consecuencias de gran alcance para la seguridad global.