En un suceso que ha impactado a la comunidad de La Grange, Kentucky, un esposo enfrenta la dolorosa pérdida de su esposa, quien fue víctima de un atropello mientras caminaba cerca de su hogar. Este incidente, ocurrido en una zona sin aceras, ha dejado a su familia y amigos en busca de respuestas sobre lo sucedido aquella tarde.
Margaret Preble, conocida cariñosamente como Peggy, salió a caminar el pasado lunes alrededor de las 5:30 p.m., como era su costumbre. Su esposo, Larry Preble, se encontraba en casa realizando tareas cotidianas cuando comenzó a preocuparse por su ausencia. “Cuando empezó a oscurecer, la llamé y no respondió. Pasó directamente al buzón de voz”, recordó Larry, visiblemente afectado.
Al verificar la ubicación de su esposa, Larry se dio cuenta de que estaba a solo 300 metros de casa. “Pensé: 'Vuelve a casa en cinco minutos'. Esperé, pero no vino”, comentó. Fue entonces cuando decidió salir a buscarla y, lamentablemente, la encontró en el césped, boca abajo.
En un intento desesperado por salvarla, Larry le practicó RCP, pero pronto se dio cuenta de que era demasiado tarde. “Sabía que era demasiado tarde. Ya estaba fría”, expresó con tristeza. Los servicios de emergencia llegaron poco después, pero el diagnóstico fue devastador: Margaret había sufrido un traumatismo torácico grave y daño pulmonar tras ser atropellada por un vehículo que se dio a la fuga.
“Ella nunca tuvo una oportunidad”, le dijeron los paramédicos a Larry, quien aún tenía las manos y la boca cubiertas de la sangre de su esposa. A pesar de la gravedad de sus heridas, el forense le ofreció un pequeño consuelo al asegurarle que probablemente no sufrió.
Margaret, de 75 años, había compartido 52 años de su vida con Larry, quien la describió como una persona sencilla, cariñosa y generosa. “Era una persona abierta, extrovertida, atenta y muy generosa”, afirmó Larry, recordando la sonrisa contagiosa de su esposa que lo había cautivado desde el primer momento en que se conocieron en Nashville, Tennessee.
La pareja, que se casó en 1976, había construido una vida juntos en La Grange, donde Margaret se dedicó a cuidar su hogar y a ser una madre amorosa. Era conocida en la comunidad ciclista de Louisville, organizando recorridos y preparando bocadillos para sus amigos. Juntos, disfrutaban de paseos en su bicicleta tándem, una representación perfecta de su vida en pareja.
Ahora, mientras Larry se prepara para un servicio en honor a su esposa, continúa su búsqueda de respuestas sobre el trágico accidente. “Ya no siento ira ni odio, solo pena”, reflexionó. “Pero todavía no puedo entender cómo pudieron hacer eso, atropellar a alguien a esa velocidad y luego seguir adelante”.