Según Mark Warner, presidente del Comité de Inteligencia del Senado, el alcance de la intrusión es mucho mayor de lo que se había reportado, señalando que la "puerta del granero sigue abierta", lo que implica que los atacantes podrían seguir presentes en las redes. Warner, exejecutivo de telecomunicaciones, hizo énfasis en que este ataque representa una amenaza grave a la seguridad nacional.
El ataque, llevado a cabo por un grupo de hackers vinculado a la inteligencia china conocido como Salt Typhoon, permitió a los atacantes interceptar conversaciones telefónicas y leer mensajes de texto. Los objetivos de la operación incluyeron figuras políticas de alto perfil, como el presidente electo Donald Trump y el vicepresidente electo J.D. Vance.
Entre los datos obtenidos por los hackers se encuentran:
- Números telefónicos
- Duración de las llamadas
- Ubicación aproximada de los dispositivos
Las autoridades estadounidenses aún enfrentan dificultades para evaluar la magnitud total del daño, ya que los atacantes cesaron su actividad después de que el ataque fuera descubierto. Sin embargo, el senador Warner ha insistido en la necesidad urgente de reforzar las normas de seguridad en las telecomunicaciones para evitar futuras intrusiones de este tipo.