La medida, que entrará en vigor dentro de 90 días, obliga a las instituciones educativas a establecer baños, vestuarios y alojamientos separados según el género asignado al nacer. Según el texto de la ley, los baños deben ser de uso exclusivo para hombres y mujeres, y cualquier intento de permitir que estudiantes transgénero accedan a las instalaciones según su identidad de género será prohibido.
El senador republicano Jerry Cirino, patrocinador de la medida, defendió la ley argumentando que se trata de una cuestión de seguridad y sentido común. "La ley tiene como objetivo proteger a nuestros hijos y nietos en espacios privados, los cuales son los más vulnerables", aseguró.
La medida también establece que las personas que asisten a niños pequeños o a personas con discapacidad, así como los empleados escolares, estarán exentos de esta prohibición. Además, las escuelas deberán ofrecer instalaciones de baño de un solo uso o baños familiares para aquellos que no puedan acceder a los de su sexo asignado al nacer.
La ley ha generado una fuerte oposición entre grupos de derechos civiles y activistas que defienden los derechos de las personas de la comunidad LGBTQ+. Dwayne Steward, director ejecutivo de Equality Ohio, expresó su decepción y preocupación por las consecuencias que la ley podría tener en la seguridad de los estudiantes transgénero.
Según estos grupos, la medida expone a los jóvenes trans a riesgos de abuso y acoso, además de representar una violación a su derecho a la privacidad. Ohio se une así a un creciente número de estados en Estados Unidos que han adoptado leyes similares.
A nivel nacional, once estados han implementado restricciones que impiden a las niñas y mujeres transgénero utilizar los baños correspondientes a su identidad de género en las escuelas públicas y, en algunos casos, en otras instalaciones gubernamentales. Algunos estados también han aprobado leyes que limitan la participación de las mujeres transgénero en competiciones deportivas.