En una entrevista con NBC News en febrero, Patel se retractó de sus comentarios anteriores sobre perseguir a los periodistas, afirmando que su intención era aplicar la ley y proteger la Constitución. Sin embargo, sus palabras no han calmado las preocupaciones de quienes ven en él una personificación de la promesa de Trump de buscar venganza contra sus enemigos.
Patel ha sido acusado de tener una feroz lealtad a Trump y de adoptar teorías conspirativas, como la falsa afirmación de que el "estado profundo" intentó derrocar la presidencia de Trump. Sus críticos temen que su historial y sus motivaciones influyan en sus acciones en el FBI.
La elección de Patel contradice la práctica posterior al caso Watergate de que los directores del FBI cumplan mandatos de diez años. El objetivo de un mandato prolongado es garantizar que se considere que el FBI no está al servicio de los intereses políticos de un presidente específico.
En una entrevista en un programa de YouTube, Patel dijo que "cerraría" la sede de la oficina en Washington, DC, y "la reabriría al día siguiente como un museo del 'estado profundo'". Angelo Carusone, presidente del grupo de vigilancia del periodismo de tendencia izquierdista Media Matters for America, advirtió que la administración Trump podría adoptar un enfoque de confrontación con los medios y que podría tener un efecto paralizador en los informes.
Un portavoz de la transición de Trump dijo que el enfoque de Patel se centraría en los valores tradicionales del FBI y que cumpliría con el mandato del presidente Trump de restaurar la integridad del FBI. Sin embargo, la elección de Patel ha generado más preguntas que respuestas sobre su intención de proteger la libertad de prensa y la independencia del FBI.
La relación entre Trump y los medios de comunicación ha sido históricamente combativa, y la elección de Patel ha generado preocupación sobre la posible persecución de periodistas y la erosión de la libertad de prensa en Estados Unidos.
La confirmación de Patel como director del FBI está pendiente de la aprobación del Senado. Si es confirmado, su nombramiento podría tener un impacto significativo en la forma en que el FBI aborda la libertad de prensa y la independencia de la agencia.