En medio de esta crisis migratoria, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, se reunió con Tom Homan, designado "zar de la frontera" por el presidente electo Donald Trump. La reunión fue solicitada por Homan y se centró en la cooperación entre la ciudad y la nueva administración para perseguir a los inmigrantes que cometen crímenes.
Adams y Homan coinciden en perseguir a inmigrantes criminales. Según Adams, la reunión fue "genial" y ambos estuvieron de acuerdo en que la ciudad cooperará con la nueva administración para deportar a los inmigrantes que cometen crímenes. "No vamos a ser un refugio para los que cometan crímenes contra inmigrantes inocentes, inmigrantes y neoyorquinos", dijo Adams.
"Respeten la ley", fue el mensaje de Adams a los indocumentados, atemorizados por la política de deportaciones masivas que Trump ha dicho pondrá en marcha desde que asuma el cargo. "Vamos a decirles a los que están aquí, que respetan la ley, que sigan utilizando los servicios de la ciudad, educando a sus hijos, usando la atención médica, protección pública y las cosas por las que hemos estado orgullosos durante mucho tiempo", señaló.
La reunión entre Adams y Homan fue criticada por grupos de defensa de los derechos de los inmigrantes y miembros de izquierdas del Partido Demócrata, quienes se manifestaron contra la reunión frente a la alcaldía. Uno de ellos, el interventor municipal Brad Lander, calificó de "indignante" la reunión.
La ciudad de Nueva York alberga a unos 500 mil inmigrantes indocumentados, potencialmente en el punto de mira de la nueva administración Trump. La megalópolis vive una crisis migratoria sin precedentes, con una población de 8,5 millones de habitantes, más del 30 por ciento de los cuales nacieron fuera de Estados Unidos.
La reunión entre Adams y Homan es un paso más en la cooperación entre la ciudad y la nueva administración para abordar la crisis migratoria. Sin embargo, la política de deportaciones masivas de Trump ha generado preocupación entre los defensores de los derechos de los inmigrantes y los miembros de la comunidad inmigrante en la ciudad.
La situación sigue siendo incierta, pero lo que es claro es que la ciudad de Nueva York se encuentra en el centro de la crisis migratoria y que la cooperación entre la ciudad y la nueva administración será crucial para abordar este tema.