El panorama electoral se perfila complejo, con una serie de factores que podrían definir el futuro del país.
El detonante: la caída del canciller Olaf Scholz tras una moción de censura en noviembre, resultado de una prolongada crisis presupuestal y una coalición de gobierno en constante tambaleo. La votación arrojó 394 votos en contra, 207 a favor y 116 abstenciones, sellando el destino del gobierno y convocando a elecciones anticipadas para el 23 de febrero. Este escenario, inédito en dos décadas, plantea interrogantes sobre el futuro liderazgo del país.
Siete partidos principales pugnarán por el voto ciudadano. Entre los candidatos a canciller (Kanzlerkandidaten) destacan figuras clave: Friedrich Merz por la Unión (CDU/CSU), Olaf Scholz por el SPD (Socialdemócratas), y Alice Weidel por la AfD (Alternativa para Alemania), partido de extrema derecha que ha ganado terreno en las elecciones regionales.
Merz, líder de la CDU/CSU, se presenta como la figura con mayores posibilidades de triunfo según las encuestas, alcanzando un 32% de apoyo. Su perfil, tras una trayectoria que incluye periodos en el Parlamento Europeo, el Bundestag y el sector corporativo, se caracteriza por un giro a la derecha en la CDU y una postura firme sobre la economía, contrastando con el centro político de la era Merkel. Se destaca su apoyo a Ucrania en su conflicto con Rusia, a diferencia de la posición más cautelosa de Scholz.
La economía alemana, con un crecimiento lento y desafíos en la industria automotriz (ejemplificados por situaciones en Volkswagen), será un tema central de la campaña. Las encuestas reflejan un malestar ciudadano. "Las elecciones probablemente llegan en un buen momento para la AfD... mucha gente está descontenta con el gobierno y busca expresar ese malestar votando por un partido extremo", comentó Leonie von Randow de WELT TV.
Otro punto crucial es la inmigración, con la AfD capitalizando la insatisfacción ciudadana. Scholz recientemente reintrodujo controles fronterizos con países vecinos, una medida interpretada como un intento de atraer votos. El flujo migratorio proveniente de Siria, tras la caída del régimen de Assad, añadirá complejidad al debate.
Tras las elecciones, la formación de un gobierno estable se vislumbra como el principal desafío. Aunque la victoria de Merz parece probable, la CDU/CSU necesitará coaliciones, abriendo un abanico de posibilidades que van desde una alianza con el SPD a una colaboración, quizás menos probable, con la AfD. El futuro de Alemania parece depender de las alianzas y de cómo se manejen los temas económicos y migratorios.