El foco de atención se centra en una tienda Forever 21, un espacio frecuentado por miles de personas cada día. Fue allí, en el área de vestidores, donde ocurrió algo inesperado. Una madre de 39 años y su hija de 10 años se encontraban probándose ropa, una actividad aparentemente trivial, cuando se encontraron con una situación alarmante.
La niña, de 10 años, fue quien primero notó un teléfono móvil en el suelo, entre su vestidor y el contiguo, con la cámara apuntando hacia arriba. Inicialmente, la madre pensó que se trataba de un descuido, pero al observar una mano recoger el dispositivo y retirarlo de la vista, sus sospechas se confirmaron. Poco después, el teléfono reapareció, esta vez sobre una pila de ropa, apuntando nuevamente hacia ellas.
La madre, con un acto de valentía y determinación, tomó el teléfono y comprobó que estaba grabando. Inmediatamente, salió del vestidor con su hija y confrontó al supuesto responsable: Luca DiMichele, de 31 años. DiMichele, según el informe policial, negó las acusaciones, alegando un malentendido. Sin embargo, la madre se mantuvo firme y, con el teléfono como evidencia, buscó al gerente de la tienda para reportar el incidente.
La policía de Miami Beach llegó al lugar tras la llamada del personal de Forever 21. Tras interrogar a DiMichele, quien permaneció en la tienda, los oficiales determinaron que había suficiente evidencia para proceder con su arresto. DiMichele fue arrestado y acusado de voyeurismo, un delito grave en Florida.
El informe policial, citado por CBS News, detalla que el incidente ocurrió aproximadamente a las 3:10 p.m. del sábado 14 de diciembre. DiMichele fue llevado al Centro Correccional Turner Guilford Knight, pagando una fianza de $2,500 dólares el domingo para quedar en libertad. A pesar de esto, el hombre intentó evitar a los medios de comunicación al salir del centro correccional, negando ser el involucrado en el reporte.