El foco de atención se centra en Corea del Norte y su posible apoyo militar a Rusia en la guerra contra Ucrania. Según el reporte, Pyongyang estaría preparando el envío de un contingente adicional de tropas, artillería pesada, y lo que resulta más preocupante: drones kamikazes. Se menciona que Corea del Norte ya habría suministrado lanzacohetes múltiples de 240 mm y obuses autopropulsados de 170 mm. El líder norcoreano, Kim Jong-un, habría supervisado personalmente pruebas de estos drones, priorizando su producción masiva, según reportes de medios estatales que citan "la intensificación de la competencia mundial" como justificación.
Un alto cargo del Estado Mayor Conjunto señaló que "los drones suicidas son una de las tareas en las que se ha centrado Kim Jong-un", confirmando la intención de entregarlos a Rusia. Este desarrollo coincide con un informe previo del Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur que, la semana pasada, reveló a legisladores que Rusia podría ofrecer a Corea del Norte "la modernización de las armas convencionales" como contrapartida por su apoyo militar.
Las cifras sobre bajas militares son dispares. Mientras que el Estado Mayor Conjunto de Seúl habla de al menos 1,100 soldados norcoreanos muertos o heridos —en línea con un informe previo de la agencia de espionaje surcoreana que citaba un centenar de muertos y mil heridos en la región de Kursk—, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, afirmó en su cuenta de X (antes Twitter) que "el número de soldados norcoreanos muertos o heridos en la región de Kursk ha superado ya los 3,000". Seúl, Washington y Kiev coinciden en que alrededor de 12,000 soldados norcoreanos estarían participando en el conflicto.
En un giro adicional, la visita del primer ministro eslovaco, Robert Fico, a Moscú el domingo, ha generado controversia. Zelenski acusó a Fico de querer "ayudar a Putin a ganar dinero para financiar la guerra", en medio de las tensiones por el tránsito de gas ruso a la Unión Europea, tras la decisión de Ucrania de no renovar su contrato con Moscú para el transporte de gas a través de su territorio.
La situación se presenta como un complejo rompecabezas geopolítico donde las piezas clave—Corea del Norte, Rusia, Ucrania, y la respuesta de Occidente—interaccionan generando un panorama incierto y de alta volatilidad.