El hallazgo, según informes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), ocurrió el jueves. Dos mochilas negras, abandonadas sin rastro alguno de sus propietarios, llamaron la atención de los oficiales.
Dentro de las mochilas, cuidadosamente ocultos en compartimentos, se encontraban 30 paquetes tipo ladrillo. Las pruebas confirmaron las sospechas iniciales: se trataba de cocaína, con un valor estimado superior a 1.1 millones de dólares en el mercado negro.
El comunicado de prensa de la CBP, emitido el lunes 23 de diciembre, no mencionó arrestos. La Jefa de la Patrulla, Rosario Vásquez, celebró la incautación como una victoria contra el tráfico de narcóticos, destacando el compromiso de los agentes con la seguridad nacional. “Gracias a la vigilancia… se evitó que estos narcóticos peligrosos llegaran a nuestras comunidades,” declaró Vásquez.
La ubicación del hallazgo, a escasos kilómetros de la frontera con Canadá, en una zona conocida por el tráfico ilícito a través de rutas boscosas, añade intriga a la investigación. Un portavoz de la CBP confirmó a USA Today que la cocaína fue contrabandeada desde Canadá; sin embargo, aún no hay detenidos.
La cocaína incautada, clasificada como droga de Lista II bajo la Ley de Sustancias Controladas de Estados Unidos, fue entregada a la Administración para el Control de Drogas (DEA). Según la DEA, esta sustancia, con nombres callejeros como "coca", "crack" o "nieve", conlleva graves riesgos para la salud.
La DEA advierte sobre los peligros del consumo:
- Arritmias cardiacas
- Aumento de la presión arterial y frecuencia cardiaca
- Inquietud, irritabilidad, ansiedad, paranoia
- Insomnio, pérdida de apetito
- Accidente cerebrovascular o muerte
- Paro cardíaco repentino
- Convulsión