El foco de la investigación se centró en un secuestro y tortura brutal perpetrados contra una pareja de migrantes. Los detalles son escalofriantes: los agresores irrumpieron en la vivienda de la pareja, los ataron, los golpearon salvajemente con una pistola, y finalmente los obligaron a trasladarse a otro apartamento del mismo complejo para continuar con la agresión. La pareja, tras un ardid desesperado, logró su liberación y alertó a las autoridades a las 2:30 am del 17 de diciembre, gracias a una llamada al 911.
Entre los sospechosos, se encuentra Niefred Serpa Acosta, de 20 años, un miembro reconocido del Tren de Aragua, una poderosa pandilla venezolana. La particularidad del caso reside en la estrategia de huida empleada por Serpa Acosta. Cuando la policía allanó el edificio en busca de los responsables, encontraron a este individuo disfrazado de mujer: peluca larga, gorro tejido… una transformación completa para evadir la justicia. La concejala de Aurora, Danielle Jurinsky, confirmó este detalle al New York Post.
La investigación apunta a la participación de al menos 16 pandilleros en el atroz crimen. La policía continúa la búsqueda para detener a los demás implicados. El caso presenta un giro sorprendente en la historia de Serpa Acosta. En mayo, fue detenido por ICE y admitió su pertenencia al Tren de Aragua, mostrando incluso tatuajes que lo comprobaban. Sin embargo, fue liberado de la custodia federal, y las razones de su liberación siguen siendo poco claras. Después de un video viral en agosto, mostrando a miembros armados del Tren de Aragua irrumpiendo en el mismo complejo, Serpa Acosta huyó por primera vez de las autoridades. Tras su captura disfrazado, actualmente se encuentra bajo custodia de ICE en Denver.
La trayectoria de Serpa Acosta es reveladora: ingresó a Estados Unidos por la frontera de El Paso, Texas, fue deportado a México y luego reingresó al país en una fecha aún no precisada. Este caso pone de manifiesto la complejidad de la problemática de las pandillas transnacionales y la vulnerabilidad de las comunidades migrantes ante este tipo de violencia.
El incidente en The Edge at Lowry resalta la necesidad de una mayor cooperación entre agencias federales y locales para abordar la amenaza que representan las organizaciones criminales trasnacionales, particularmente aquellas que operan en el suburbio de Denver.