En este contexto, una alianza inesperada emerge. El alcalde demócrata, Eric Adams, y el presidente electo republicano, Donald Trump, se han acercado sorprendentemente. La razón principal: la problemática migratoria. Adams, con la ciudad al borde del colapso por la afluencia de inmigrantes, busca soluciones drásticas.
Las declaraciones de Adams en Fox News, donde criticó duramente la política migratoria de la Administración Biden, utilizando un lenguaje sorprendentemente conservador, han generado un gran revuelo. Incluso llegó a sugerir la posibilidad de colaborar con el ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas), incluyendo el acceso a la cárcel de Rikers Island, una decisión que ha dividido la opinión pública.
Esta estrategia de acercamiento a Trump no se limita a Adams. La gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, también ha mostrado una disposición a colaborar con la nueva administración. Mientras tanto, la fiscal general, Letitia James, a pesar de sus enfrentamientos legales con Trump en el pasado, ha expresado su voluntad de trabajar con la administración republicana.
La situación financiera de Adams también es precaria. La junta de financiación de campañas de Nueva York ha retenido 4,3 millones de dólares de sus fondos, dificultando su posible reelección. A esto se suma la amenaza de un juicio por corrupción programado para abril. Ante esta presión, algunos interpretan sus elogios a Trump como un intento de asegurar un indulto presidencial.
Esta situación contrasta con la postura de otros gobernadores demócratas, como el alcalde de Chicago, Brandon Johnson, quien ha prometido defender las leyes santuario de su ciudad, enfrentándose directamente a las amenazas de Trump. Adams, en cambio, parece optar por una estrategia de pragmatismo, priorizando la resolución de la crisis migratoria y sus problemas legales, sin importar el costo político.
La propagación de información falsa sobre la desaparición de miles de niños migrantes en la frontera, repetida por figuras clave del partido republicano, incluyendo al propio Trump, también ha influenciado las decisiones de Adams, quien se ha mostrado dispuesto a "colaborar" en su búsqueda. Este nuevo escenario político en Nueva York presenta un panorama complejo y en constante evolución, con consecuencias aún inciertas para la ciudad y sus habitantes.